EL LLAMADO
He venido aquí para cumplir una misión.
Sobre el tiempo, sobre la distancia, sobre los otros reinos he llegado, enviado por mi padre, mi guía, para despertar a la humanidad de su coma y hacerles ver a través del placer, del dolor, de la lucha, cual es su camino, cual es su destino.
Nos han marcado un ritmo, un tiempo, una lucha que no debemos esquivar. No podemos abandonar a aquellos que ya la han emprendido, aquellos que están preparados para iniciar el camino que les ha sido desvelado.
Nuestras alas negras nos causan sufrimiento, ese dulce sufrimiento de ser portadores del estandarte que llama a luchar y a entregar nuestras vidas por el más grande ideal, nuestra libertad. Nos llaman perversos, porque nos regocijamos del inculto ignorante que dice que lo que se nos he dado es nuestra desdicha.
Sufrimos la desdicha de no bajar nuestra mirada, de no oír palabras necias, de no estar dentro del juego como unas marionetas, de no ser innocuos ante el sufrimiento de nuestros hermanos, mi mayor recompensa es el tiempo que tenga que sufrirla.
Y a través de nuestras voces que se alzan, con nuestro batir de alas que se convierten en la energía necesaria para proseguir, para resistir para mantener nuestra posición. Para que nuestra estirpe no se extinga.
Autor: M. Orozco
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