Son las 6 menos 10 de la mañana y trato de levantarme, la alarma del celular suena a trance y yo solo quiero seguir soñando, con esa mujer, pero inevitablemente me levanto, me baño, me visto, tomo café, me voy a trabajar con la desesperanza de quien tiene conciencia. Abordo un bus de colores pastel y que no vibra, ni con los agujeros del camino, mi percepción me engaña, o en este bus hay gente muerta o desaparecida como pasajeros. Ahí lo noto, no estoy en el bus, estoy en mi cama y ya se hizo tarde, me resisto, como si fuera de vida o muerte, ya son las 6 con 30, dormito y regreso al bus esta vez vuela, pero el panorama cambia de repente, mi madre muerta flota junto a mi, me habla, “nunca cambiaras” me dice; despierto nuevamente en mi cama al fin me levanto y trato de existir, pero no lo logro del todo, ahora si me baño en este mundo pero no termino de despertar y el sueño se vuelve recuerdo, tomo un café ralo y tibio, me despido, salgo a la puerta y el mundo real me engulle durante mas de doce horas que no quiero recordar, y a las 22 con 30 vuelvo a dormir con la vaga esperanza de que esta vez; pueda no dejar de soñar, con esa mujer.
Autor: Oscar Vides
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